El valle de Arbas es es un valle amplio y despejado por el que, hace miles de años, discurrió la lengua de un glaciar. Por ello su fonde es ancho y plano, ahora ocupado por extensas praderías que se siegan cada verano. En ellas se obtiene "la hierba", el heno que, una vez recogido y secado al sol, servirá de alimento a los ganados durante el invierno.