Varios arroyos, en ocasiones con un cauce poco definido, serpentean entre los prados de Cabrillanes. Uno de ellos, el de mayor entidad, es el río Grande que, aguas abajo, recibe el nombre de río Luna.
Para hacer llegar el agua a todos los rincones, estos prados cuentan con numerosos canales o "presas", por los que se hace circular el agua derivada del río a través del "puertos". El manejo hidráulico de los prados es complejo, y exige que los puertos estén bien preparados y las presas siempre limpias, lo que implica mucha dedicación y trabajo. El uso del agua solía estar regulado por los vecinos.