En las hoces el suelo es escaso y los lugares donde enraizar casi inexistentes. Por ello, cualquier fisura o cualquier repisa llana donde se acumula algo de suelo son aprovechadas por la vegetación, incluso por grandes árboles, que se anclan a la roca en equilibrios imposibles. Hayas, encinas, majuelos, mostajos y rosales silvestres adornan la verticalidad de la caliza desnuda..