En el fondo del valle, interrumpiendo el curso natural del río Casares se ha construido un embalse que ocupa y anega buena parte de la extensa vega. Muestra grandes fluctuaciones a lo largo del año, en función de la abundancia de precipitaciones y de la demanda del agua que almacena, y ofrece un nuevo hábitat a las aves acuáticas que lo frecuentan.