Sin duda alguna, el embalse del Luna es uno de los que mejor permite avistar aves acuáticas. Los porrones y las cercetas suelen ocupar posiciones alejadas de la costa, dejándose ver en el centro de la masa de agua. Otras especies, como el cormorán o el ánade azulón, buscan lugares más someros, como el de la imagen, habitualmente ligados al soto ribereño.