La antigüedad del pinar ha favorecido que, en la actualidad, muestre un alto grado de naturalización; los pinos presentan tamaños y alturas heterogéneos, como corresponde a un bosque que evoluciona por si mismo. Otras especies arbóreas, como los tilos o los arces, crecen allí donde los pinos clarean. En el suelo se ha desarrollado una compleja comunidad de matorrales que dan forma a un sotobosque bien desarrollado. En su conjunto, el pinar constituye un hábitat idóneo para multitud de aves forestales.