Cabrillanes ocupa el fondo de un amplio valle, como muchos de los que caracterizan el paisaje babiano. En él, el manejo ancestral del hombre ha sido capaz de asentar amplios prados de siega que, desde siempre, han proporcionado la hierba necesaria para alimentar al ganado durante el invierno, cuando las inclemencias meteorológicas impiden o dificultan su permanencia en el monte.
Estos prados constituyen un ambiente apropiado para que algunas aves que prefieren zonas abiertas y despejadas, como la tarabilla norteña, la codorniz común o la lavandera blanca, sean fáciles de detectar en la zona, aunque no siempre resulten sencillas de ver.
Cabrillanes
Cabrillanes
42.952459194102 , -6.147497055446