Las sebes se mantienen gracias a los usos agrarios tradicionales. Cada año es necesario podarlas y mejorarlas, reforzando su estructura con ramas entrelazadas, restos de podas, etc. En las sebes no faltan troncos de paleros (sauces) y olmos, así como numerosos arbustos espinosos, como zarzas, rosales silvestres o majuelos entre otros.