Las hoces de Vegacervera configuran un agreste rincón de extraordinaria belleza. Su aspecto actual se debe a la lenta, pero incesante labor erosiva del río Torío y a la facilidad de las calizas para ser disueltas por el agua. El resultado es una impresionante garganta delimitada por verticales y escarpadas paredes de caliza, que imponen unas condiciones extremas para la vida. Las aves propias que frecuentan estos ambientes, como el vistoso treparriscos, muestran adaptaciones muy precisas para sobrevivir y procurarse alimento.
Vegacervera
Vegacervera
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