Muchas de las pistas que recorren el entorno de Palaciosmil permiten bordear el pinar sin adentrarse del todo en el bosque. El observador curioso tardará poco en percatarse de la presencia de numerosos robles melojos, la mayoría poco corpulentos, que crecen en los límites del pinar, en ocasiones mezclándose con los pinos marginales. En lugares como estos es frecuente observar aves como el arrendajo y el carbonero común.