La ruta para la observación de las aves acuáticas en Selga puede discurrir por varios caminos. Lo más normal es un pequeño paseo desde el aparcamiento hacia el norte. Si el nivel del agua no es alto, se puede llegar hasta la cola del embalse, para aproximarse a la comunidad forestal del soto ribereño, y a las acuáticas que aprovechan las aguas menos profundas, como fochas, pollas de agua, ánades azulones o cercetas comunes y carretonas.
También se puede caminar hacia el sur por el camino que bordea la orilla, desde donde se podrán contemplar los grupos de porrones y somormujos, a veces en el centro del embalse, alejados de la orilla, pero bien visibles.
La época idónea para la observación es el invierno, entre noviembre y febrero, cuando los ejemplares procedentes del norte y centro de Europa descansan en estas aguas.
Una curiosidad de este embalse es la presencia, durante varios años consecutivos, de un pequeño grupo de porrón acollarado (Aythya collaris), un ave procedente de Norteamérica que visita esporádicamente la península Ibérica.